sábado, 31 de diciembre de 2011

ILUSIÓN A RAUDALES CON MUNIAIN, HERRERA, JAVI MARTÍNEZ, LLORENTE, DE MARCOS...

El año que termina podría catalogarse como el de la ilusión para unos leones que, tras sufrir durante 3 años y rozar los puestos de descenso y pasar dos años de transición, han entrado en Europa por la vía liguera peleando de tú a tú la sexta plaza con Sevilla y Atlético al término de la temporada pasada.


Aun así, no fue un camino de rosas ni para el Athletic ni para el técnico Joaquín Caparrós, que sufrió la incomprensión de una amplia mayoría en aquella frase que él llevó la máxima expresión: “clasificación, amigo, déjate de imagen”. Si bien es cierto que los resultados avalaron al técnico de Utrera no es menos cierto que la manera en que se llevó a cabo dejó muy descontento a una parroquia rojiblanca que tras pitar al equipo en el final del partido contra el Málaga en San Mamés, en el que los vascos lograban el pasaporte para la Europa League, hizo pagar caro el juego ramplón que caracterizó a los leones durante toda la temporada haciendo que Fernando García Macua, que contaba con “Jokin” de técnico, perdiera las elecciones frente a un Josu Urrutia que trajo como máximo responsable de la parcela técnica a Marcelo Bielsa.


La masa social pedía un cambio de estilo de juego, más ambicioso y menos cobarde. Querían ver un fútbol más alegre y no tener que soportar partidos como las salidas a Pamplona, Zaragoza o los partidos frente al Espanyol en Cornellá o el ya mencionado frente al Málaga en Bilbao. En muchos se lograron resultados positivos y en otros muchos negativos, pero la imagen era siempre la misma, plana y pobre. Lo que no quita para que recordemos la eliminatoria de octavos de final en la Copa del Rey frente a un Barcelona que a punto estuvo de caer en San Mamés (1-1) tras el empate a cero en el Camp Nou.


Y para cambiar eso vino el técnico de Rosario, y aunque los resultados de momento no hacen justicia con el juego desplegado, ya podremos guardar en la memoria los partidos frente al Barcelona en San Mamés en el que se empató a dos en el minuto 93 gracias a un gol de Messi o la victoria en el Sánchez Pizjuán en los que se desplegó un fútbol ambicioso, que venía a dar la razón a una de las primeras frases de Marcelo Bielsa: “queremos ser protagonistas en todos los campos e iremos a ganar a todos ellos”. La intención era clara: poseer el balón en el campo contrario, defender lejos de la portería y presión nada más perder el cuero. Pero a veces las intenciones no son suficientes y tras sufrir en los primeros compases de la presente temporada de liga traspiés contra Rayo y Betis como recién ascendidos o un Villarreal en horas bajas, se logró encadenar once partidos sin perder. Una racha que incluía un pase a la siguiente ronda de la Europa League como primeros de grupo.


Por tanto, el futuro ilusiona en Bilbao por varios motivos, pero principalmente por tener una plantilla joven, polivalente y con calidad (que Caparrós ideó y compactó pero que no supo explotar sus virtudes para desarrollar un estilo de de juego más vistoso) y un técnico, Marcelo Bielsa, considerado como uno de los mejores del mundo, con una mentalidad ambiciosa y por qué no decirlo, “abilbainada”.


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