martes, 26 de noviembre de 2013

ITURRASPE-HERRERA-DE MARCOS, VUELVE A FUNCIONAR

Valverde volvió a tocar más teclas y siempre en el momento oportuno como nos viene acostumbrando en estas 14 jornadas. Llega un momento en el que ya no sé si busca un equipo fijo del que fiarse para ir dando entrada y aprovechar momentos de forma del resto de jugadores, o si plantea cada partido en función del rival. El caso es que los planteamientos iniciales no surten el efecto positivo deseado, exceptuando actuaciones individuales sobresalientes como la de Iturraspe de ayer, y tiene la clarividencia para seguir tocando teclas con los cambios e ir acertando para acabar remontando los partidos, aunque esta vez la novedad fuera que se dio lejos del amparo y del calor de San Mamés.


Con Herrera en la banda derecha de partida pero ocupando una posición más centrada, el equipo fue capaz de superar con cierta facilidad el centro del campo malaguista, sin embargo, a partir de ahí los plomos se fundían y no había posibilidades de seguir progresando, faltaba profundidad.

Muniain por detrás de Guillermo, de enganche, no estuvo mal, muy participativo, sin esconderse pero sin una ubicación clara en el campo los ataques acababan muriendo en él, mientras Ibai estuvo casi desaparecido en la banda izquierda.

En la sala de máquinas, un errático y voluntarioso Rico estuvo muy bien acompañado por un Iturraspe que cada vez está rindiendo a mejor nivel, robando, distribuyendo, creando, apagando fuegos... inconmensurable.

Las velocidad del punta blanquiazul hizo daño a San José y Laporte, sobre todo al primero. Y así llegó el 1-0. Una diagonal a la espalda de Balenziaga, muy desacertado durante todo el choque, fue cabeceada al centro del área y Juanmi le ganaba la posición a San José y lograba conectar de cabeza (1.69 frente a 1,86) un remate inalcanzable para Iraizoz.

Tras el descanso, Susaeta (46') y De Marcos (56') entraron al campo por Ibai y Rico, respectivamente, alejando a Herrera poco a poco del área del rival y acercándolo a Iturraspe. Ahí el equipo empezó a dominar el encuentro, porque Iturraspe encontraba conexión por dentro para avanzar y Herrera veía el fútbol de cara, su mejor virtud, y no estaba encima del área, si no que tenía que llegar desde más atrás combinando, mientras De Marcos y Susaeta daban al equipo la profundidad que tanto se echaba en falta. Muniain, pletórico, hacía y deshacía a su antojo desde la banda izquierda, el Iker que todos estábamos esperando había llegado y hasta tuvo la suerte de anotar el gol de la remontada tras el empate de San José (si una virtud tiene el central es arreglar sus propios desaguisados).

Otros tres puntos tras remontar y seguimos vivos en la lucha con el Villarreal por ocupar la cuarta plaza. Que siga la racha, de fútbol de la segunda parte y de puntos.


sábado, 9 de noviembre de 2013

¿VALVERDE? "CLASIFICACIÓN, AMIGOS"

Lo anticipaba Valverde en la rueda de prensa, quiere un equipo que se acostumbre a estar arriba, que en épocas pasadas pecó de valiente echando el equipo al ataque descuidando la retaguardia y que por eso encajaban muchos goles y que aun así en el Calderón erró porque el equipo no se atrevió. De momento, a lo que se ha acostumbrado es a ser el equipo que primero encaja los goles en San Mamés, a remontar, a poner jugadores para jugar a una cosa y a enmendar la plana dando entrada a los jugadores que más se amoldan a lo que realmente quiere el técnico.


Y para muestra, cuatro botones referidos al juego individual y dos al colectivo, a pesar de los cuales, el equipo ha logrado sumar los tres puntos, pero siempre desde el verdadero ideario que se atisba en las intenciones de un Valverde que no acaba de dar con la tecla, al menos de inicio y fuera de casa.

En la primera parte, Beñat solo pide el balón al pie y cuando lo toca, desconecta de la jugada y su falta de soluciones al compañero que ha recibido su pase estanca en parte el juego del equipo. Ibai solo recibe el balón al pie y de espaldas, no tiene nadie de cara en quien descargar para intentar aprovechar el espacio que él mismo ha generado atrayendo al lateral bien con un movimiento suyo o bien con la caída a la banda del punta, y tampoco tiene a nadie cerca por dentro para dar continuidad a la jugada. Susaeta ha decidido en la primera parte ser cobarde y, a pesar del espacio del que pudo disfrutar para encarar a Juanfran, decidió en todo momento centrar al delantero que contaba con la oposición permanente de dos centrales y el mediocentro; sin embargo, en la segunda parte, con el lateral siempre con la espalda cubierta decidió ser más valiente y encarar en lugar de aprovechar que con la cobertura del central al lateral, el delantero tenía más espacio y, por tanto, más ventaja para conectar con el balón en cualquier centro. Muniain se perdía en conducciones que no llevaban a ninguna parte y en zonas de poca trascendencia ofensiva sin encontrar nunca apoyos que desordenasen al equipo granota.

En la segunda parte, cada vez que Susaeta e Ibai tenían el balón en la banda, las soluciones de sus compañeros se limitaban a acumular gente, marcándose ellos mismos, incrustándose en la línea defensiva levantinista. Y cualquier centro que se hizo al área ocurrió sin masticar la jugada en absoluto, apenas unos pases entre los centrales e Iturraspe, sin mover a la defensa rival y muchas veces sin mirar, siendo la única ocasión que alguien, Iturraspe, centró buscando al rematador el gol de Aduriz que certificaba la remontada.

Por tanto, me sigo alegrando de que el autobús vaya avanzando semana a semana aunque no me guste el conductor, y no tanto por el estilo que verdaderamente quiere implantar, si no más bien porque el técnico quiere una forma, plantea otra de partida y la va cambiando con las sustituciones. Es muy preocupante vivir de remontar y más aun que no seamos capaces de aprovechar el talento de los Beñat, Herrera, Muniain, Iturraspe, Laporte, Iraola... porque vivir única y exclusivamente de los resultados es pan para hoy y pan para mañana, porque cuando no haya resultados no va a haber nada a lo que agarrarse.

Me quedo con el debut de Guillermo, cuya actuación ha sido más que correcta, y con la alegría de ver perder a un equipo que durante 83 minutos se ha dedicado a perder tiempo y a parar el juego.

lunes, 4 de noviembre de 2013

VALVERDE, ¿QUÉ QUIERES?

Derrota inapelable e incuestionable en el Calderón del Athletic a manos de un Atlético tremendamente superior, o un Athletic tremendamente inferior, es difícil poner el límite entre los méritos de uno y los deméritos del otro. En lo que no hay ninguna duda es en que los de Valverde no estuvieron en ningún momento en disposición de rascar algo en Madrid, pues el primer disparo, y no a puerta, fue en el minuto 80, hasta entonces no supimos si Courtois jugaba o estaba tomando un café en el vestuario.


El mayor problema de este Athletic es que no sabe a qué quiere jugar. Es como si Valverde quisiera jugar con un sistema más de incorporación, de empuje, de dar intensidad, con un 1442, buscar los espacios, aprovechar las caídas, llevar el balón rápido a una banda para intentar hacer daño al equipo rival a base de insistencia percutiendo una y otra vez. Luego está lo que se dijo en la rueda de prensa de su presentación, dar continuidad al proyecto iniciado por Bielsa, con un juego más vistoso, en 1433, con amplitud, profundidad, mezclado con un sistema defensivo menos "suicida", más posicional, zonal, muy alejado de las marcas individuales. Este segundo modo también puede ser que resulte exigido de forma involuntaria en la cabeza de Valverde, y de ahí sus dudas o probaturas permanentes en el once inicial.

Sin embargo, lo que queda de todo esto es una mezcolanza de ambos estilos, un 14231. Juega Rico con Iturraspe por detrás y Herrera por delante, se quiere estar protegido pero se quiere tener el balón, se quiere empujar pero se quiere  mascar la jugada, se quiere elaborar pero se quiere llegar rápido arriba... En resumen, ni se empuja, ni se tiene el balón, ni se llega arriba, te hacen daño atrás con poco...

Me gusta el juego intenso, el ritmo vertiginoso, las avalanchas sobre el área contraria, el bombardeo de la portería contraria con centros de las bandas, el sonido de las cornetas y los tambores anunciando el asedio. Me gusta más tener el balón, el juego rápido, el atraer a un lado para generar espacios en el otro, en dar amplitud para que haya espacios por dentro, en la movilidad permanente de los de dentro y en la profundidad de los de fuera. Pero lo que no me gusta es que el entrenador no sepa qué quiere, o sepa qué quiere pero no se atreva por miedo al qué dirán, por perder la comparación con lo anterior, a los bielsistas que saltemos a la yugular en cuanto se pierda jugando mal. No me gusta que se quiera empujar con Herrera de mediapunta ni que se quiera jugar a tener la posesión con Rico. ¿Quieres empujar? Quita a Herrera, pon a Rico y deja que De Marcos juegue por detrás del punta. ¿Quieres posesión? Quita a Rico y deja que Herrera y Beñat se asocien con Muniain y Susaeta. Pero no le pidas a Herrera el trabajo de De Marcos ni a Rico el de Beñat, porque son distintos. Yo apoyaré igual al Athletic, porque es el Athletic, y aunque no me guste el conductor del autobús jamás querré que el autobús se salga de la carretera, pero que el conductor decida si quiere ir por nacional o por autopista.

viernes, 1 de noviembre de 2013

EL MAL DE ALTURA DEL ATHLETIC

Uno de los mejores partidos de un Iturraspe omnipresente no fue suficiente para doblegar a un Elche que venía de ganar de forma consecutiva sus dos últimas visitas (Villamarín y Balaídos). Como no podía ser de otra forma, el empate tuvo que llegar tras remontar un 0-2, un partido que se había puesto muy feo de inicio tras adelantar Lombán a los franjiverdes a la salida de un córner, seguido de un tiro a la escuadra de Aaron, el mismo que hacía el 0-2 tras aprovechar una serie de rebotes en el despeje nada más reanudarse el juego en la segunda parte. Posteriormente, Susaeta conectaba un cambio de orientación de Muniain y Aduriz (cuya estupidez al final del partido le impedirá jugar contra el Levante, con tarjeta amarilla y con los equipos enfilando el túnel de vestuarios vio la segunda tarjeta) ponía las tablas fusilando con un remate de cabeza un córner botado por Susaeta.


Pudo haber pasado de todo, que el partido hubiera sido el típico despropósito que termina con un 0-3 y sin darse uno cuenta de qué ha pasado ni cómo, pudo acabar 3-2 si el equipo hubiera sido capaz de aprovechar las ocasiones que se generaron, y pudo acabar como realmente acabó. Lo único en común en cualquiera de los tres posibles finales es saber a qué quiere jugar el equipo.

La posición tan adelantada de Herrera resta claridad a los ataques del equipo porque su principal virtud es permanecer cerca de la jugada para elaborar pacientemente la ocasión, sin embargo su principal cometido desde la mediapunta y tan cerca del delantero es dotar de profundidad al equipo cayendo a los espacios intermedios entre extremo y delantero, por tanto, ni hay creatividad para atacar ni presencia arriba generar ocasiones claras. Luego aparece De Marcos y demuestra que la mediapunta es el puesto idóneo para él, pues percute en la defensa rival permanentemente con desmarques a la espalda generando más espacio por dentro para elaborar y/o más claridad a delantero y extremos debido a las ayudas que el equipo rival debe hacer para contrarrestar esos desmarques de ruptura. Pero también resulta necesario Rico para dotar al equipo de más consistencia y siempre con Iturraspe guardándole la espalda para que Mikel pueda llegar al área contraria con mayor asiduidad y peligro. Un puzle en el que no cabe Beñat, de momento. Como incomprensible me pareció la inclusión de un más que perdido Toquero como referencia del ataque rojiblanco, si encima es Guillermo el sacrificado en este caso y que a lo tonto lleva sin jugar 2 o 3 partidos, ni con el primer equipo ni con el filial.

Tampoco debemos obviar un mal que viene afectando al equipo desde hace mucho tiempo, al menos desde que yo tengo recuerdos futbolísticos en la época de Luis Fernández, y es el mal de altura. Cada vez que el equipo necesita una victoria para afianzar o asaltar una posición privilegiada como era el caso de ayer (ganando el Athletic se colocaba cuarto) y lo hace en casa contra un rival a priori asequible, el equipo pega un petardazo y nunca acaba de verse con posibilidades reales de estar en la zona noble. ¿Miedo a ganar? ¿Exceso de responsabilidad? No sé cómo calificarlo, pero estar ahí, lo está.