martes, 29 de enero de 2013

MESSI A CRISTIANO: VEO TUS 3 Y SUBO A 4

Cristiano hizo un hat-trick frente al Getafe, un triplete de los considerados perfectos: un gol con la izquierda, otro de cabeza y otro con la derecha y de penalti. Messi no marcó de forma perfecta, pero marcó cuatro goles en la visita de Osasuna al Camp Nou.


Consciente o inconscientemente se van picando el uno al otro y el otro al uno. Esta vez Messi vio el trío de Cristiano y subió su apuesta con un póker. Este miércoles, partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey, Real Madrid - Barcelona en el Santiago Bernabéu, enésima vez que se cruzan en los últimos 3 años con cierta hegemonía blaugrana, pues los blancos solo se han impuesto en la final de copa de 2011 y el pasado año en liga los de Mourinho se llevaron el título, lo demás han sido triunfos culés.

Vuelven a verse las caras el mejor futbolista del mundo (y de la historia) y un aspirante a mejor jugador del mundo. Dos jugadores distintos, tanto con los pies como en la cabeza. Uno es pura potencia, un caballo desbocado, fuerza, casta, orgullo, percutor, cañonero. Otro es clase, técnica, desborde, dribling, regate, velocidad, engaño, finta. Uno necesita estar casi enfadado para rendir, picado y así vive y disfruta el fútbol. Otro sonríe siempre, se divierte, goza, disfruta. Uno está abriéndose, cada vez asiste más y cada vez es más importante que él tire del carro, lo sabe y le gusta. Otro tira del carro casi sin querer, marca y asiste, es feliz él y hace feliz a sus compañeros.

Ambos son goleadores, cada uno en su estilo, cada uno en su club devora récords, la diferencia está en que Messi devora y destroza récords mundiales.

Sentémonos y disfrutemos, que cada cual lo haga con el que más le guste, yo me decanto por Leo. Cristiano provoca jugadas, embiste, ataca y dispara sin parar. Messi hace todo bien, siempre elige bien, deja fluir las jugadas, espera el momento, te arrebata el espacio, se anticipa, vive dos jugadas por delante, y todo lo hace a 1.000 por hora.

lunes, 28 de enero de 2013

EL ATHLETIC RUGIÓ COMO ANTES, COMO SIEMPRE

Por fin. El Athletic comandado por Marcelo Bielsa volvió a ser el equipo arrollador, devastador y contundente de meses atrás, muy muy atrás, demasiado, pero ya están aquí. Han vuelto y no se van a ir. Los rojiblancos confirmaron la mejoría vista en Sevilla frente al Betis, partido de victoria por merecimientos pero con empate final.


El 3-0 al Atlético de Madrid, segundo en la clasificación, fue una muestra de los que estos leones son capaces de hacer. Un ritmo muy alto de juego, mucha velocidad en los ataques, dominio del balón, juego continuo en campo contrario, presión, anticipación... y contundencia. Cierto es que Iraizoz paró dos a Emre y Raúl García con 0-0 y 1-0, respectivamente, pero también lo es el hecho de que si no es por Courtois el Atlético se va de Bilbao con 5 ó 6.

Resumen de Athletic (3-0) Atlético - HD

3 goles se marcaron y ninguno de fue de Aduriz, que a pesar de no anotar dio un recital de desmarques y de juego de espaldas, aguantando el balón, girando, cambios de orientación, el donostiarra tiene un manual muy amplio fuera del área y ayer lo sacó a relucir. Pero empecemos por la portería, en la que Gorka tuvo dos acciones en las que intervenir claras y las resolvió, tuvo algún que otro error en la toma de decisión pero sin sufrimiento alguno. En los laterales, Aurtenetxe, que bien la pudo liar en un pase atrás, y sobre todo Iraola llegaban al área colchonera con asiduidad y claridad. Los centrales estuvieron sensacionales al corte, en el juego aéreo y más aun y más clave en la anticipación, lo que posibilita que el Athletic pueda estar jugando siempre en campo contrario. En el medio San José fue ese jugador que tanto promete, sólido con y sin balón y fundamental en la estrategia, autor del primer gol; Herrera en su línea, cada balón que toca es oro puro y se sacrifica como ninguno (como todos) en labores defensivas. Arriba Muniain hacía de las suyas tanto en las inmediaciones del área visitante, como cayendo a banda y regateando o conduciendo hacia el centro y asociándose con Ander o De Marcos, parece que va recuperando SU nivel.


Mención especial merecen Susaeta y De Marcos, dos jugadores sacrificados y que pagan en exceso sus fallos de cara a puerta. Óscar dispuso de una ocasión más que clara nada mas empezar el partido de su disparo a 8 metros de la portería y con Courtois vendido se le fue incomprensiblemente arriba. Posteriormente remataría un centro de Aduriz en lo que fue el 3-0 definitivo. Al gol hay que sumarle lo de siempre, desmarques por todas partes, incisivo, persistente, batallador, sacrificado. Y Markel, internacional cuando quizá menos lo merecía, ayer marcó el gol de la sentencia, peor bien pudo hacerlo antes de no mediar Courtois sacando el balón de la línea con el pie. Cuando anotó se pudo ver lo que ha sufrido, no solo él, el equipo en general. La celebración fue de liberación total, hasta de no creérselo.


PUES CREÉROSLO CHAVALES, PORQUE SABÉIS Y PODÉIS.

martes, 22 de enero de 2013

EL ATHLETIC VOLVIÓ A SER EL ATHLETIC, ¡OJO!

Como el caminante que descubre la buena senda, el Athletic se encontró a si mismo en Sevilla, en el empate a uno en el Benito Villamarín frente a un Betis que se codea con el Málaga para entrar en Champions.

Y con el más difícil todavía tan típico de los circos, pues a los 48 segundos de empezar el partido una salida absurda de Iraizoz al lateral del área permitió al Betis adelantarse al tranfsormar Rubén Castro el penalti que Gorka cometió sobre Salva Sevilla. El equipo de Pepe Mel se encontró un regalo y no quiso desaprovecharlo, pues a base centros al área en juego y en estrategia por parte de Beñat lograron crear incertidumbre en la zaga rojiblanca, aunque solo dispusieran de un remate de cabeza de Jorge Molina que se fue alto.


Y hasta aquí dio de sí el equipo local, hasta mediada la primera parte. Pues los de Bielsa empezaron a adueñarse del balón y comenzaron a crear peligro de la mano de un Muniain muy activo y valiente y un Herrera omnipresente que dejó a Aduriz solo mano con el portero, y el delantero, Zarra de la Liga con 12 goles, no perdonó poniendo el balón por encima de Adrián que nada pudo hacer. Era el minuto 41 y aun tuvo tiempo el Athletic de perdonar otras dos ocasiones claras, De Marcos aparecía en el área pequeña desde el lateral izquierdo para cruzar el balón en exceso e Iturraspe mandaba a las nubes un pase atrás de Aduriz, muy activo durante todo el partido, bajando a recibir, aguantando el balón de espaldas, cayendo a las bandas...

Tras el descanso, se sucedieron momentos de locura en el juego donde no existía un dominador claro, el balón llegaba a las inmediaciones de un área a otra con facilidad y rapidez, con un dominio por parte del Athletic. Tras la entrada de Aurtenetxe por Gurpegui amonestado y lesionado, De Marcos ocupaba el volante mixto y sus asociaciones con Herrera, Iturraspe, Susaeta y Muniain empezaron a recordar al Athletic que asombró a Europa la temporada pasada, un equipo profundo, amplio, vertiginoso, dominador, arrollador, hasta tal punto que dio la sensación de que se le quedó el partido corto, 90 minutos se antojaban escasos para gastar todas las fuerzas y las ganas, mientras el Betis solo llegaba al área de Iraizoz aprovechando pérdidas de balón, pero nunca con peligro.


Las ocasiones del Athletic llegaban siempre por las bandas, combinaciones entre Herrera, Susaeta, Iraola y De Marcos, la banda derecha más explotada que nunca, sacando mucho partido de los intercambios de posición y los espacios generados gracias a ellos. Pero cada remate se estrellaba en Adrián. La entrada de Ibai por un enrabietado Muniain dio frescura a un ataque que lo intentó hasta el final. Llorente tuvo que ver el partido desde la banda calentando desde el minuto 30 de la primera parte, y es que ayer no había ningún jugador en el campo que se desentonase por falta de resuello como para dar entrada al delantero que ya ha firmado con la Juventus.

Buen juego, un punto más que en la primera vuelta a estas alturas y la mochila cargada de optimismo y confianza por haber encontrado el camino perdido. La semana que viene recibimos en San Mamés al Atlético sin Falcao ni Gabi, una ocasión perfecta para dar un golpe en la mesa y gritar a la Liga: "OJO, EL ATHLETIC HA VUELTO".

jueves, 10 de enero de 2013

¡QUIERO SER MÁS ESTÚPIDO! por @EduardoMarti


Por Eduardo Martí (@EduardoMarti)
Cuando digo que quiero ser más estúpido en mi vida lo digo muy en serio. Imagino que eso te debe estar sonando muy extraño. Pensarás que me debo estar volviendo loco ¡pues no!. Te aseguro que estoy muy cuerdo. Es más, espero que cuando llegues al final de este escrito te sumes a mi cruzada en pro de la estupidez.


Tanto tú como yo hemos estado acostumbrados a usar la palabra “estúpido” como ofensa. De hecho, el uso popularizado de la estupidez como insulto se ha arraigado de tal manera que pensadores famosos y hasta la Real Academia Española así lo define: “Torpeza y lentitud notable en comprender las cosas”.
Wikipedia lo menciona como “el adjetivo referido a la persona de inteligencia escasa. Se usa como sinónimo de menso, lerdo, tarado, idiota, hijo de burro, animal, boludo, lelo, imbécil, gafo, etc…”
El mismo Albert Einstein dijo “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”.
Anatole France se refirió así: “el estúpido es peor que el malo, porque el malo descansa de vez en cuando pero el estúpido jamás”.
En uno de sus escritos Leonardo Da Vinci afirmó “Si Dios existe, le voy a pedir cuentas de lo absurdo de la vida, del dolor, de la muerte, de haber dado a unos la razón y a otros la estupidez”.
En fin, la estupidez se ha difundido como esa característica irritante que comparten los lerdos, lentos, imbéciles, necios, listillos y torpes (sí, todos esos y más).
De nuevo te imagino sorprendido ante mi declaración de que quiero ser más estúpido de lo que soy con semejante argumentación que no le hace ningún favor a la estupidez.
Creo que es momento que comience a explicarte. Curioseando por internet y buscando sobre el origen de las palabras me encontré que la palabra estúpido viene del latín stúpeo, stupere, stúpui, que significa sentir estupor, quedar maravillado. ¿Qué tal?

De hecho, comparte la misma raíz etimológica de las palabras “estupendo” y “estupefacto”. Significa quedar atónito, pasmado, maravillado, desconcertado, sorprendido, patidifuso, boquiabierto. Estupefacto es el que está sorprendido por algo poco habitual y denota desconcierto o sorpresa.
Estupendo es algo admirable, muy bueno, asombroso. Que destaca por sus cualidades muy buenas o extraordinarias, excelente, magnífico.
Incluso la palabra “estupefaciente” (droga) es definida como una sustancia que produce una sensación placentera de relajación, comparte la misma raíz del latín. Es curioso ¿Cierto?
Entonces, la estupidez merecería figurar entre las virtudes humanas; pero alguien la colocó en la lista de los defectos, y ahí se quedó.
Al parecer fueron los mismos romanos los que asignaron valor despectivo a esta palabra, porque fueron ellos los que consideraron que no era bueno dar a conocer nuestros sentimientos y emociones. Y es que me imagino que la cara de maravillamiento y sorpresa que pone la gente ante lo estupendo que lo deja estupefacto, cara de estúpido, es la misma cara que pone un tonto, un bobo.
Quiero en mi vida dejarme llevar más por la cara de estúpido que por la cara de inteligente.Esa ya la he ensayado y usado mucho en mis días. Ahora quiero andar por los días viendo las maravillas que me rodean, dejándome afectar, contemplándolas, maravillándome, y poner con la mayor de las libertades mi cara de estúpido.
Quiero dejar de ser sólo inteligente. Quiero correr el riesgo de ser llamado bobo al poner mi cara de estúpido cuando vea un hermoso atardecer. Quiero ser un estúpido cuando vea las sonrisas en los rostros de mis hijos. Quiero ser un estúpido cuando vea un buen desempeño en mis empleados. Quiero ser un estúpido cuando vea en cada persona el milagro que es.
Estoy rodeado de cualquier cantidad de maravillas que pasan a mi lado y no las veo ni me dejo emocionar para evitar parecer estúpido. Allá los romanos antiguos que no querían mostrar sus emociones. Hoy declaro que quiero despertar en mí la capacidad de sorprenderme por las pequeñas cosas, las pequeñas maravillas, los pequeños milagros.
Y la estupidez pasa a ser uno de los atributos que todo líder y gerente debe desarrollar para dirigir a su gente y sus equipos. Dar las gracias con cara de estúpido. Entregar un reconocimiento con cara de estúpido. Asignar una tarea con la confianza en que se hará bien porque puede ver, desde la estupidez, las capacidades de sus colaboradores.
Definitivamente, la estupidez abre la puerta emocional que nos permite estar con el otro, reverenciarlo, dignificarlo, engrandecerlo, admirarlo… y eso hacen los líderes.

Quiero ser un grandísimo estúpido y a mucha honra. Hacemos falta los estúpidos para emocionar la vida de otros. Cada vez debemos ser más. ¿Me acompañas en esta cruzada?. Yo doy el primer paso.

lunes, 7 de enero de 2013

BASTA YA, ATHLETIC, BASTA YA

Nuevo año y mismos síntomas, mismo juego, mismo resultado, mismas sensaciones, mismas críticas, mismos líos extradeportivos... Suma y sigue la espiral de desencanto en la familia rojiblanca.

Cuando digo BASTA YA, ATHLETIC, me refiero a todos los que rodeamos al equipo y me gustaría excluir al propio equipo (plantilla y cuerpo técnico). Estoy harto de oír frases como "esperemos que se acabe la temporada y luego ya veremos", frases lapidarias, contundentes y vacías de pensamientos positivos.


Si el año pasado se hizo lo que se hizo fue porque creímos hasta el final, hasta la final, hasta las dos finales. Jugadores y entrenador han demostrado de sobra lo que son capaces de hacer, lo único que puede cambiar la dinámica es nuestro apoyo, incondicional, como debe ser, como siempre ha sido. Cuando nosotros demos todo lo que tenemos dentro podremos empezar a exigirles a ellos lo mismo, aunque dudo mucho que ellos no estén dando todo.

Hemos dejado de hablar de fútbol, ya no se habla si es mejor un punta o dos puntas, si línea de 3 atrás, si un plan B, más juego directo, más llegada por banda... Nada de eso. Solo hablamos de Llorente, de Amorebieta, de la cama, de Valverde, de desastre, hecatombe, catástrofe, vergüenza... Este no es el camino.

Puede sonar a excusa el hecho de que siempre pasa un imprevisto o acontece algo (lesión, expulsión, penalti en contra, bajas acumuladas...) que cambia el curso de los partidos cuando éstos están de cara, pero es cierto. Somos un equipo, un club, una institución emocional, sentimental. Y eso nos hace frágiles por un lado y potentes por otro. La fragilidad que muestra el equipo no se debe a otro motivo que no sea la falta de confianza. Cuando haces bien las cosas y mereces ganar hay un error puntual de un jugador que tira por tierra todo lo logrado hasta entonces. También ocurría la temporada pasada, lo de los errores, pero ni nos hacían tanto daño ni nos hundían. Ahora cada error que cometemos lo pagamos y encima nos dan un martillazo en la cabeza cuando estamos sacando la cabeza del pozo.

Y encima nosotros, los de fuera del equipo nos dedicamos día tras día a ser agoreros, hablar de descenso. No señores. Hombro con hombro, cojamos todos un remo, bajemos a galeras y todos a una hacia adelante, porque es así como se logran las metas y como se sale de los pozos.