viernes, 21 de octubre de 2011

Valencia C.F.-Athletic Club, Emery VS Bielsa

DOS TÉCNICOS, DOS CARRERAS, CON ALGO EN COMÚN

Dos entrenadores metódicos, puntillosos, trabajadores. Dos estilos distintos de ver el fútbol, de vivirlo. Uno no para quieto en la zona técnica, no se cansa de dar instrucciones, no para de “jugar” el partido: él roba el balón, lo pasa, lo centra y lo remata. El otro, más pausado, más calmado, deja hacer, parece que confía tanto en lo hecho durante la semana que no tiene nada que añadir durante el encuentro; hasta que se bebe la pócima y aparece Mr Hyde, gritos sin cesar de ánimo, correcciones…

La carrera de Emery aun siendo corta es exitosa, no en títulos, innecesarios para catalogar una trayectoria de exitosa o no, pues uno depende tanto de las posibilidades que haya tenido en cada momento como de la respuesta de los compañeros del cuerpo técnico (siempre de confianza e infalibles) y, sobre todo, de la plantilla. Debe haber una conexión imprescindible entre técnico y jugadores para lograr resultados, una confianza ciega, un vínculo, luego el trabajo y los rivales te lo colocan en tu sitio.


El máximo responsable de la parcela técnica en el Valencia comenzaba su carrera en el Lorca, cuando tras despedir al entrenador y siendo él jugador toma las riendas y a punto estuvo de lograr el ascenso a primera división. Posteriormente se hizo cargo de un Almería al que primero ascendió y luego fue la revelación de la liga. Y llegó la llamada desde Valencia, no podía rechazarla, y aunque el club ha tenido que vender a sus mejores jugadores, todos en la elite mundial del fútbol, el equipo ha seguido siendo competitivo. Las ventas de Villa, Silva, Marchena y Mata (campeones del mundo y de Europa con la selección) eran necesarias para paliar la deuda que ahoga al conjunto ché tras las crisis inmobiliaria que impidió vender los terrenos del actual Mestalla y con cuyo dinero de la venta se pretendía financiar la construcción (lleva dos años parada) del nuevo campo y mantener el nivel tan alto de la plantilla. Aun así, el equipo de la ciudad del Túria no ha dejado de luchar por entrar en Champions siendo la alternativa a los superpoderosos F.C. Barcelona y R. Madrid. Y todavía le queda mucho que ofrecer al fútbol español y seguramente al mundial.


Y por otra parte, Bielsa ya tiene casi todo su camino andado. Es elogiable ver cómo un entrenador de su prestigio, admirado por la mayoría de los compañeros (siempre ha estado en la terna de entrenadores catalogados de los mejores del mundo), es capaz de admitir un reto como el del Athletic Club (muy bien pagado, claro está) que tras salir de una situación al borde del abismo durante el bienio negro llegó Joaquín Caparrós para elevarlo a los puestos que el club por historia y plantilla merece estar. Y más mérito aún tiene cuando tras cuatros años jugando de una manera simple (loable y digna como todas), recoge el testigo de semejante empresa y cambia el estilo con un giro de 180 grados en la concepción y en la interpretación del juego. Muy analítico, mucho trabajo sucio, cansino y extenuante para los jugadores, pero todos los que han pasado por sus manos han tenido buenas palabras hacia el de Rosario.

Ante la tesitura de dos entrenadores, uno que tras dirigir a Argentina, Chile, obrar el milagro con Newell’s Old Boys y Vélez Sarsfield y tener el reconocimiento de los entendidos en fútbol; y otro que acepta cada año el reto de mantener al Valencia en lo más alto de la liga española y pelear por hacer algo grande en Europa perdiendo año tras año a sus mejores efectivos en el terreno de juego… ¿Si Bielsa es el loco? ¿Cómo catalogar a Emery?

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