sábado, 8 de septiembre de 2012

JULEN GUERRERO, LEÓN DE LEONES

Hace 6 años Julen Guerrero abandonaba la disciplina del Athletic Club por la puerta de atrás, escoltado (¿arropado?) por sus compañeros y el presidente Lamikiz, quien no supo darle la despedida que el capitán merecía.

Desde los 8 años en Lezama, durante esta semana se han cumplido 20 años desde su debut en el primer equipo en un partido contra el Cádiz, y tuvo una subida al estrellato vertiginosa. El mismo año que conquistaba el penúltimo título de copa en categoría juvenil para el Athletic, debutaba, dos meses después, en el Athletic de la mano de Jupp Heynckes.


Julen se enteraba de su debut en la misma charla pre-partido, lo hacía con el 8 en la espalda, un número que le definía como jugador pues era capaz de elaborar y crear desde atrás y acompañar la jugada hasta el final siendo él el rematador.

Un jugador 100% Athletic que desoyó ofertas mareantes y hasta cheques en blanco para terminar su carrera en el club que le vio nacer, que le formó y que no supo estar a la altura cuando él más lo necesitaba, en definitiva, en el club de sus amores.

Recuerdo 4 goles claves en su carrera. El que anotaba frente al Deportivo de la Coruña al meta Songo'o en el partido de los lunes en el 96, pues suponía la clasificación del Athletic para disputar la UEFA la próxima temporada. El otro de sus goles que guardo en mi memoria es el daba al Athletic su primer triunfo en una Champions League frente al Galatasaray en el 98. El tercero fue gol, no se lo concedieron aunque hubiera entrado, pero si no quedó claro que entrase fue porque un defensa del Cádiz había sacado el balón con la mano tras el córner botado por Julen, hubiera sido un gol olímpico que certificaba o por lo menos acercaba al Athletic a la permanencia en el primer año del bienio negro.

Y por último, el gol que daba la vuelta al marcador en la mítica remontada a Osasuna en 2005 tras ir al descanso 0-3 en San Mamés. Y es que desde la última temporada de Luis Fernández el gran capitán empezó a contar poco o nada para los entrenadores que se iban sucediendo en el banquillo rojiblanco, el propio Luis Fernández, Txetxu Rojo, Henyckes en su segunda etapa y Valverde, pasó de ser convocado con la selección mundial a calentar banquillo. Por eso ese gol lo recuerdo con especial emoción, porque se hacía justicia, porque tras varios años de sufrimiento y ostracismo acapararía las portadas de todos los periódicos bizkainos.

Jamás olvidaré sus lágrimas en la despedida, cada una de ellas es un puñal que se me clava en el corazón, aún me emocionó, me embarga la tristeza cuando la veo y no consigo reunir la suficiente entereza para no llorar. Y es que si yo soy del Athletic es por él, y por culpa de mi madre también, pero fue Julen el que me enamoró, el que despertó en mí este sentimiento que ya nunca jamás me abandonará.

Así que primero te doy las gracias por todo el fútbol que nos diste, por hacerme athletizale hasta la médula, porque este es un club especial y único, y en segundo lugar te deseo una vuelta al Athletic en calidad de lo que sea (entrenador, coordinador, presidente o emblema el club) porque figuras como tú escasean.


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