Los rojiblancos merecieron algo más en cuanto a juego se refiere. Se combinó bien, hubo mucha asociación, buena creación y elaboración del juego, pero en los metros finales, donde se deciden los partidos, la precisión brilló por su ausencia, y no solo en el pase si no también en los desmarques, pues muchos de ellos se dieron en posiciones de fuera de juego.
La baja de Amorebieta situó a Ekiza en el eje de la zaga acompañando a Gurpegi y se notó en la salida de balón. Sin embargo, ahí aparecía Iturraspe una y otra vez para sacar el balón jugado y enlazaba continuamente con Muniain, mientras De Marcos se encargaba de romper una y otra vez a la espalda de la defensa malacitana, pero ahí moría el fútbol de los de Marcelo Bielsa.
Todo esto se traducía en un dominio casi absoluto del juego y el Málaga se limitaba a soltar latigazos gracias al buen hacer de gente con la clase de Isco o Joaquín. Aunque únicamente pusieron en problemas a Raúl Fernández, titular por la lesión de Iraizoz en el homenaje José Ángel Iribar, en dos ocasiones que el meta supo resolver a la perfección, una sacando un tiro a bocajarro a media altura y otra desviando a córner un disparo desde la frontal de Eliseu.
En el segundo tiempo entraron Llorente e Ibai por un desafortunado Isma López y un sacrificado Aduriz que como luego le ocurriría a su sustituto nunca entraría en juego por la ya mencionada ausencia de ocasiones claras de remate.
La entrada de Toquero por un sacrificado y asfixiado Muniain se dio excesivamente tarde, pues ni Iker estaba ya desde unos cuantos minutos para enlazar con la delantera ni los minutos de que dispuso Gaizka iban a ser suficientes para poder hacer algo.
Cinco puntos de quince resultan un bagaje muy escaso a estas alturas, en cambio el equipo sigue progresando y ya se va notando que solo se habla de fútbol. Donde más se ha notado ha sido en la recuperación del balón en cuanto se perdía y eso hacía que el rival encontrara pocas opciones de atacar y permitía disputar el partido casi siempre en campo contrario. Por lo tanto, queda trabajo por hacer pero cada vez se está más cerca del nivel alcanzado la temporada anterior.
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