Otras informaciones como las del Mundo Deportivo indican que el Barcelona no ha dicho su última palabra, y en vista de las renovación de Raúl Fernández, lo que evita que Oier, portero del filial culé, pueda incluirse en una posible oferta para rebajar la cláusula (40 millones de euros para equipos extranjeros y 40 millones más IVA para clubes españoles) del jugador de Aiegi, el conjunto azulgrana puede pensar en comprar a Beñat para intentar una oferta más jugosa para los intereses del Athletic Club.
Amén de todas estas informaciones que uno no acaba de distinguir entre ellas si son verdades a medias, juegos de representantes, filtraciones, noticias para vender... la posible desmantelación del equipo subcampeón empieza a atisbarse en el horizonte rojiblanco. Ante la más que posible marcha de Fernando Llorente que no tiene pinta de estar dispuesto a rebajar su pretensiones al nivel de las posibilidades del club (le ofrecen 4'5 millones y recordemos que jugadores como Falcao -decisivo siempre con su equipo- no llega a 3 millones) la marcha de Javi podría ser el golpe que acabe por decantar la balanza hacia la marcha del 9.
Una cosa está clara, el que quiere al Athletic se queda y quien no quiera estar que se vaya. Lo que no quita para que sintamos tristeza ante la ausencia de dos pilares del equipo, y la tristeza no es porque se vayan, es por la falta de sentimiento hacia un club que les ha dado todo, formación, un salario todos los meses, repercusión mundial, y todo ello les ha servido para tener unos contratos publicitarios de alto nivel.
Mi deseo es que sigan, pero no a costa de poner en peligro el futuro del club, los millones en forma de cláusula y de contrato ahorrado serviría para aumentar la capacidad de Lezama. Un amigo mío decía que con ese dinero se podría duplicar Lezama en campos, técnicos y jugadores para aumentar el número de posibles jugadores de nivel en el primer equipo.
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