viernes, 22 de febrero de 2013

SAN MAMÉS, ÚLTIMO DERBI EN LA CATEDRAL

Esta noche el Athletic recibe, recibimos, a la Real Sociedad en lo que será el último derbi en San Mamés, pues como bien sabemos ya todos la temporada que viene se disputará en el nuevo estadio.

Oigo tambores de guerra, gritos de batalla, rugidos de persuasión, aliento incansable, olor a sangre,... Se quiere ganar, y se quiere ganar como sea, de cualquier forma, por lo civil o por lo criminal, de penalti injusto en el último minuto, con la ayuda del árbitro (esta opción es la que mejor se paga en las casas de apuestas porque es Undiano Mallenco...)...


Y no estoy de acuerdo. Somos el Athletic. Somos nobleza. Somos honor. Somos valentía. Y si algo nos hizo grandes la temporada pasada, y en mi opinión es algo que debería quedarse en el club para crecer sin parar (siempre y cuando los buitres europeos ricachones nos lo permitan), fue el buen juego, el gusto por el balón, la querencia hacia la asociación permanente con un compañero, la velocidad en el juego, la intensidad continua, el ritmo alto, asfixiante para el contrario, el pase al espacio, el desmarque a la espalda de la defensa, la recuperación del balón para seguir atacando... Eso es lo que nos dio el éxito y no podemos apelar ahora al lenguaje bélico para tratar de motivar y empujar, porque al fútbol se juega con el balón.

Cuando lo tengo que sea para atacar y cuando no dispongo de él que sea un acoso sin tregua al poseedor del balón para recuperarlo lo antes posible y seguir atacando. Que cuando un jugador rojiblanco tenga el balón tenga 10 soluciones posibles y que el pase llegue a su destino, que el centro tenga como meta la cabeza del delantero y que el remate del delantero sea entre los tres palos y lejos del alcance del portero rival. En esos debemos estar concentrados, en hacer todo ese tipo de acciones bien porque es así como se logra ganar.

Doy por descontado que tratándose de una Real Sociedad el rival a batir en una situación clasificatoria privilegiada lejos de los puestos rojos y cerca de los europeos y jugándose en San Mamés el aliento de la grada no va a faltar en ningún momento.

Diría que se necesita el San Mamés de las grandes citas, pero en San Mamés cualquier cita es grande.

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