Sensaciones bonitas, buenas. Lo piensas fríamente y es un motivo de alegría estar entre los elegidos a optar a estos premios, o formar parte del once mundial. Es algo muy bonito que la gente valore lo que tú haces. Es algo especial, seguramente.
Repasando el año 2012, en el que fue elegido además como el mejor jugador de la UEFA, ¿cuál ha sido su momento imborrable?
Quizás la Eurocopa. Por la importancia que ha tenido ese campeonato en el equipo, porque ninguna otra selección ha conseguido esos logros que hemos conseguido nosotros. Y bueno, siempre lo digo: por encima de todo me quedo con la buena sensación de jugar bien, de sentirme feliz, de cada día estar mejor. Ese es el mejor valor que puedo tener año tras año.
¿Se ve Iniesta algún día con otra camiseta que no sea la del Barcelona?
Mi sueño y mi ilusión, lo he dicho siempre, sería retirarme en el club al que llegué con 12 años y me ha dado prácticamente todo. Al día de hoy evidentemente no me pasa por la cabeza porque estoy en el mejor sitio en que podría estar: también digo que mi rendimiento será el que marque hasta donde llego. El día que no sienta que doy mi cien por cien, pues no querría engañar a mi club. Eso es lógico.
En la actualidad todos elogian al cerebro Andrés Iniesta pero, ¿a qué jugadores admiraba de pequeño? ¿A quiénes quería imitar?
Bueno, de pequeño siempre me fijaba mucho en (Pep) Guardiola y en (Michael) Laudrup. Eran los dos jugadores a los que más he querido parecerme, intentaba hacer cosas como ellos. Luego con el paso del tiempo uno va viendo que todo sale bien y ahora, los que tienen la edad que tenía yo en ese momento, se fijan en uno. Eso es sinónimo de que las cosas se están haciendo bien.
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