Curiosamente, Bielsa es el único que no hizo campeón al equipo que dirigía. Y es en este momento donde el valor del éxito se encuentra por encima de los títulos, pues la huella que ha dejado en Europa con el fútbol que practicó el Athletic la temporada pasada será imborrable.
También dejará en nuestras memorias la ilusión de llegar a dos finales dejando a todo el continente asombrado con partidos tan espectaculares como el de Old Trafford o Gelsenkirchen o el de San Mamés frente al Sporting de Portugal.
Evidentemente los demás entrenadores han hecho méritos de sobra para obtener el premio, pero para mí, que Marcelo esté en esa terna de candidatos ya es un premio más que suficiente, poner al Athletic en el escaparate europeo y mundial tiene mucho mérito.
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