jueves, 6 de diciembre de 2012

SAN MAMÉS, LA CATEDRAL

Faltan unos minutos para decir adiós a San Mamés, el estadio de fútbol más longevo de España, que en 2013 cumplirá 100 años y será derribado en el verano que viene para terminar de construir el nuevo campo que acogerá las gestas de los jugadores del Athletic jaleados por una afición sin igual, sin parangón, que quiere despedir su campo con un lleno en un partido totalmente intrascendente, tristemente el equipo cayó eliminado cuando Olympique de Lyon y el rival de hoy el Sparta de Praha empataban a unos hace dos semanas.


Cada año he acudido a San Mamés mínimo una vez, no soy socio y no tiene visos la cosa de no seguir siendo así. Mi primera vez fue en un partido de liga contra el Zaragoza un 3 de enero de 1996, las últimas navidades que pasé con mi difunto abuelo, con victoria por 1-0 con con gol de Carlos García. Fue el debut de Felipe Guréndez, y no me define muy bien como entrenador actual al enamorarme de este jugador, pero es que solo tenía 12 años.

Por el camino han quedado partidos contra el Atlético de Madrid en la zona joven, contra el Oviedo, el Barcelona de Kluivert y Saviola, el Madrid de Cristiano, Getafe, Valencia, Deportivo de la Coruña, derbis contra el Alavés y Real Sociedad (recuerdo los tikotazos aún)...

Tampoco puedo olvidar partidos contra la Sampdoria, el Young Boys en el debut de Muniain o los más recientes contra el Manchester United o el Schalke.

Pero si hay alguno que jamás olvidaré por la cantidad de lágrimas de alegría que solté al terminar el partido fue el partido contra el Sporting de Portugal. Adelantarse en el marcador y estar clasificado a los 16', encajar antes del descanso y estar eliminado, igualar de nuevo antes del descanso... y luego el éxtasis con el gol de Llorente en el 87', pero aún así los nervios hasta el pitido final y no querer celebrar algo que no se había logrado salió de golpe con el pitido final, lágrimas desconsoladas, como un niño, parecía que me había pasado algo muy malo y nada más lejos de la realidad, el Athletic era finalista de la UEFA Europa League. Solo lloré más en Bucarest viendo la entrega de trofeos y las lágrimas de dolor en las caras de Muniain, Herrera, Toquero, Ibai etc.

Goodbye, San Mamés, todavía te quedan alegrías por darnos.

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