LA HISTORIA DE UN DESAMOR, COPA ROTA

Poco hay que hablar de lo meramente futbolísitico en el partido de ayer, mucha llegada, pocas ocasiones claras y desaprovechadas y un error defensivo muy grave fueron los ingredientes de la eliminación del Athletic en la Copa del Rey a manos de un equipo de la 2ª B, el Eibar, un equipo ordenado, voluntarioso y mucho más motivado que los rojiblancos para ganar el partido, pues les bastó con estar juntos y taponar las acometidas del Athletic por banda, cada centro lateral rebotaba en una pierna, en una espalda o en una cabeza de un jugador de la entidad armera, hasta tres certeros remates de Aduriz, Herrera e Ibai cuyo final más normal hubiera sido el beso entre el balón y las redes, se toparon con la espalda de un defensa que se interpuso en el camino del testarazo, la pierna de apoyo que quedaba atrás del portero en una salida a la desesperada y en las piernas de un defensa que salió a taponar el disparo dando la espalda al balón, respectivamente. Sin comentar el penalti tan absurdo como innecesario de Amorebieta a un delantero que no llegaba al balón y que fue despejado al segundo por un compañero, pero ya era tarde.

Vista la parrafada, he perdido la percepción del calificativo "poco". Lo que realmente quería contar es la sensación de desazón, de tristeza y de desilusión (no hay nada peor que quitarle la ilusión a alguien) que sentí con el pitido final del partido. Y es que la historia de amor que la temporada pasada se profesaron el Athletic y la copa (tanto la nacional como la europea) ha llegado a su fin precipitadamente y en ambos casos ante rivales de una entidad notoriamente inferior como Eibar, Hapoel Kiryat o Sparta de Praga (asumo que el Olimpique de Lyon tiene cierta enjundia).

Y en cierto modo me siento mal porque ayer me dio por acordarme de un tema de Los Rodríguez titulado "Copa Rota", y escuchando la canción sentí que algo malo iba a pasar. La letra puede ser la narración de la historia de desamor del Athletic con las competiciones coperas. La temporada pasada subcampeón en ambos torneos, Bizkaia engalanada en cada eliminatoria con banderas, escudos y todo tipo de simbología athletizale, alegría, esperanza y sobre todo ilusión. Todo lo contrario que ahora.

Dejo la letra de la canción para que sepáis de qué hablo:
"Aturdido y abrumado por la duda de los celos, se ve triste en la cantina un bohemio ya sin fe con los nervios destrozados y llorando sin remedio como un loco atormentado por la ingrata que se fue. Se ve siempre acompañado dle mejor de los amigos que le acompaña y le dice ya está bueno de licor, nada remedia con llanto, nada remedia con vino, al contrario la recuerda mucho más su corazón.
Una noche como un loco mordió la copa de vino y le hizo un cortante filo que su boca destrozó, y la sangre que brotaba confundiose con el vino y en la cantina este grito a todos estremeció. No te apures compañero si me destrozo la boca, no  te apures que yo quiero con el filo de esta copa borrar la huella de un beso traicionero que me dio."

Lo dicho, el vino de la ilusión se fue, nos hemos quedado secos, la copa está rota y no va a estar lista hasta la temporada que viene. Triste despedida ha tenido San Mamés. Aun así sigo confiando en que esta temporada nos deparará muchas alegrías, menos que el año pasado, pero prometedoras para la temporada siguiente.