Volvimos de Bucarest con la cabeza baja, derrotados, desilusionados, tristes, apenados, envueltos en lágrimas... Cada uno de una manera, algunos con más de una, otros con todas a la vez. Es difícil animar y aplaudir tras un varapalo así, pero si algo nos hace distintos es el sentimiento Athletic, el que tienen los jugadores y el que tenemos la afición. Ese que hace que tras encajar un gol que te deja fuera de la final contra el Sporting de Portugal se tarden 2 segundos en animar a pleno pulmón "Athletic, Athletic, Athletic...". Ese que hace que que un estadio, una ciudad, una provincia, un pueblo al fin y al cabo bote de alegría. Todos a una. Uno para todos y todos para una. ¿Qué una? La copa. Por eso, desde La Química Del Fútbol animo a todos los athletizales a engalanar más aun si cabe balcones y ventanas. El equipo nos necesita. No les fallemos. Les hemos apoyado hasta aquí, no paremos, no nos detengamos. Es ahora cuando hay que demostrar que somos diferentes. Los jugadores cayeron, nosotros también. Ahora toca levantarse. ¡VAMOS KARAJO!
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