lunes, 4 de noviembre de 2013

VALVERDE, ¿QUÉ QUIERES?

Derrota inapelable e incuestionable en el Calderón del Athletic a manos de un Atlético tremendamente superior, o un Athletic tremendamente inferior, es difícil poner el límite entre los méritos de uno y los deméritos del otro. En lo que no hay ninguna duda es en que los de Valverde no estuvieron en ningún momento en disposición de rascar algo en Madrid, pues el primer disparo, y no a puerta, fue en el minuto 80, hasta entonces no supimos si Courtois jugaba o estaba tomando un café en el vestuario.


El mayor problema de este Athletic es que no sabe a qué quiere jugar. Es como si Valverde quisiera jugar con un sistema más de incorporación, de empuje, de dar intensidad, con un 1442, buscar los espacios, aprovechar las caídas, llevar el balón rápido a una banda para intentar hacer daño al equipo rival a base de insistencia percutiendo una y otra vez. Luego está lo que se dijo en la rueda de prensa de su presentación, dar continuidad al proyecto iniciado por Bielsa, con un juego más vistoso, en 1433, con amplitud, profundidad, mezclado con un sistema defensivo menos "suicida", más posicional, zonal, muy alejado de las marcas individuales. Este segundo modo también puede ser que resulte exigido de forma involuntaria en la cabeza de Valverde, y de ahí sus dudas o probaturas permanentes en el once inicial.

Sin embargo, lo que queda de todo esto es una mezcolanza de ambos estilos, un 14231. Juega Rico con Iturraspe por detrás y Herrera por delante, se quiere estar protegido pero se quiere tener el balón, se quiere empujar pero se quiere  mascar la jugada, se quiere elaborar pero se quiere llegar rápido arriba... En resumen, ni se empuja, ni se tiene el balón, ni se llega arriba, te hacen daño atrás con poco...

Me gusta el juego intenso, el ritmo vertiginoso, las avalanchas sobre el área contraria, el bombardeo de la portería contraria con centros de las bandas, el sonido de las cornetas y los tambores anunciando el asedio. Me gusta más tener el balón, el juego rápido, el atraer a un lado para generar espacios en el otro, en dar amplitud para que haya espacios por dentro, en la movilidad permanente de los de dentro y en la profundidad de los de fuera. Pero lo que no me gusta es que el entrenador no sepa qué quiere, o sepa qué quiere pero no se atreva por miedo al qué dirán, por perder la comparación con lo anterior, a los bielsistas que saltemos a la yugular en cuanto se pierda jugando mal. No me gusta que se quiera empujar con Herrera de mediapunta ni que se quiera jugar a tener la posesión con Rico. ¿Quieres empujar? Quita a Herrera, pon a Rico y deja que De Marcos juegue por detrás del punta. ¿Quieres posesión? Quita a Rico y deja que Herrera y Beñat se asocien con Muniain y Susaeta. Pero no le pidas a Herrera el trabajo de De Marcos ni a Rico el de Beñat, porque son distintos. Yo apoyaré igual al Athletic, porque es el Athletic, y aunque no me guste el conductor del autobús jamás querré que el autobús se salga de la carretera, pero que el conductor decida si quiere ir por nacional o por autopista.

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