domingo, 28 de agosto de 2011

ATH, 1- RAYO, 1. Más intención que juego.


La intención de jugar más en campo contrario que en el propio y de jugar más en corto que en largo no sirve si luego no se plasma en el terreno de juego, y es que excepto detalles de buen juego en momentos aislados, el Athletic ha corrido más detrás del balón y del contrario que mirado hacia delante con decisión y confianza. El Rayo ha tenido más el balón y ha sabido moverlo con más criterio haciendo más daño y creando mejores oportunidades de gol que los locales.
El empate a uno ha dejado a la afición que hoy casi llenaba La Catedral con las ganas de ver el equipo que promete Bielsa y ha añorado en exceso el estilo directo y rocoso de tiempos no tan pasados. Si no es por Gorka Iraizoz que ha detenido un balón que se colaba por la escuadra y ha resuelto con aplomo un mano a mano, no hubieran volado dos puntos si no los tres de San Mamés.
El Athletic ha sido un equipo deslavazado y falto de ideas, en donde a destacado para mal un gris y desaparecido Javi Martínez. La defensa no se ha encontrado a gusto en ningún momento pues el equipo de Vallecas llegaba siempre más hombre de cara mientras el equipo rojiblanco replegaba. El centro del campo ha estado inconexo, Herrera e Iturraspe no se han encontrado para elaborar y tampoco han sabido conectar con una delantera poco nutrida y en la que Susaeta ha estado tan desacertado como Muniain, que ha perdido dos balones que han generado sendas ocasiones de gol rival por excederse en la conducción del balón. Tampoco las ubicaciones de Gurpegui y De Marcos como laterales han ayudado y sólo la entrada de Iraola en la segunda parte ha dado más profundidad. Por su parte, Fernando Llorente ha estado desasistido y a penas ha tenido ocasiones de perforar la meta rival.
Tampoco se puede saber hasta qué punto ha sido por desmerecimientos propios o por aciertos de un contrario que ha evitado que el conjunto de Bielsa haya sacado el balón jugado desde atrás con claridad y haya tenido que recurrir en demasía a balones largos que no han llevado a ningún lado.
Si bien en el primer tiempo el Rayo ha conseguido maniatar al Athletic y mover el balón con más criterio, en la segunda mitad ha sido éste quien parecía que, tras el gol de Iturraspe, se iba a hacer con los tres puntos. Al final, el empate de Movilla ha hecho justicia con lo ofrecido por ambas escuadras, pues ninguna de ellas ha sido merecedora de llevarse el partido.

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