sábado, 2 de julio de 2011

Los dos Messis

Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, 2 balones de oro, 3 veces consecutivas máximo goleador de la Chamions League, 53 goles durante la pasada temporada, 4 ligas, 3 Copas de Europa, 4 Supercopas de España, 1 Copa del Rey, 1 Mundial de Clubs y medalla de oro en los JJOO de Pekín y 1 Mundial Sub-20.
El palmarés que atesora el argentino con tan sólo 24 años es espectacular, el 99% de los futbolistas profesionales ni si quiera opta a tener el 10% de lo ya logrado por Leo. Un dato curioso: 13 títulos con el F.C. Barcelona por 2 con la albiceleste. Como diría alguno, ¿por qué? ¿Por qué Leo avasalla en su club y no logra ni acercarse a un título con la selección? Yo creo que es fácil de saber: Xavi, Iniesta, Villa y Pedro son españoles.
Aun así, insisto, ¿por qué? Porque Guardiola le ha dado cobijo en una formación, una estructura y un estilo de juego únicos en el mundo del fútbol. Pedro y Villa saben que si se mantienen en el sitio que les pide Pep, muy pegados a las bandas, el espacio que se genera en el interior es tan grande que Messi puede hacer sus diabluras. Con tanto espacio es capaz de asociarse con Xavi e Iniesta, casi nada, para ir eliminando rivales a base de paredes cuando no es él quien se los quita de en medio regate tras regate.
El Barcelona tiene una solidaridad dentro del campo tal que todos saben que si Messi atrae a dos rivales, uno de ellos siempre estará libre; y si por el contrario, yo, compañero de Leo, estoy muy marcado, hago que él tenga más posibilidades de uno contra uno. Por contra, la selección juega con un centro del campo muy brioso, muy correoso con Mascherano y Cambiasso, con Banega en este caso para crear y con Lavezzi y Tévez arriba. Pero ellos no saben o no quieren saber que si no se abren, si no le dejan espacios a Messi el equipo saldrá perjudicado. Aun así, las mejores ocasiones, excepto el gol del Kun (inadmisible su lugar en el banquillo de inicio) de Argentina frente a Bolivia salieron de las botas de Leo en forma de pases. Lo mismo ocurríó en Sudáfrica, donde Messi era el único artifice de las ocasiones de gol, el famoso "yo me lo guiso, yo me lo como". Tal vez sea por la parálisis que sufren los compañeros al ver a Leo conducir el balón y deshacerse de cuantos adversarios salen a su paso por lo que no puede asociarse y darle fluidez al juego de la selección.
En cambio, sus compañeros en Barcelona son puro movimiento, todo opciones de pase para el poseedor del balón. Y es que lo más fundamental para pasarse es que haya gente libre y en movimiento, no que el poseedor del balón la pase, que también, pero menos.
Parece, por tanto, que no existen dos Messis, si no 2 grupos de compañeros distintos. Si Batista consigue dar con la tecla, con un centro del campo menos destructor y más creativo y con unos puntas más participativos en asociación y posición en el campo, logrará hacer de Argentina el campeón de América.

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