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El alma no faltó, siempre habrá 37.000 incansables fieles que arroparán y llevarán en volandas al jugador que porte la rojiblanca con el escudo del Athletic en el pecho. De hecho, pudo haber sido una noche con cierto sabor agridulce, pero el recibimiento y la despedida tras el cambio que se llevó un Herrera ovacionado y los gritos de ánimo a Herrerín tras el fallo en el 3-2 dan buena cuenta de lo que es ser "athleticzale", apoyo incondicional y amor a unos colores.
El partido, ante semejante estreno casi que queda en un segundo plano, empezó con una salida en tromba del Athletic y cuando se mascaba el 1-0 un error de Morán en la salida del balón propición que Charles anotara un gol histórico, el 0-1, el primer gol en San Mamés. Sin embargo los de Valverde siguieron insistiendo y en una jugada de estrategia con rebote incluido San José igualó el marcador. A partir de entonces las ocasiones solo tuvieron color celeste, y hasta el propio Charles falló un penalti, intimidado seguramente por la lona que cubre la parte inacabada, y un mano a mano con Iago que se fue fuera cerca del poste.
El segundo tiempo fue algo menos brioso, pero la chispa de un enchufadísimo Muniain y de un Iraola muy protagonista fueron decantando el partido. El lateral derecho combinaba con el Iker en la frontal del área, y tras un taconazo de éste al propio Iraola, Andoni lograba poner el cuero con un toque sutil con el interior lejos del alcance de Yoel, 2-1. Posteriormente, una línea defensiva gallega que no achica el espacio de forma coordinada dejaba a Beñat mano a mano con el portero tras pase largo y medido de San José. El de Igorre se limitó a esperar al defensa, recortarle y colocar con la zurda en el segundo palo el balón, 3-1.
Nos las prometíamos felices y se disfrutaba de unos minutos finales plácidos hasta que una mala salida de Herrerín regalaba el gol a Santi Mina, 3-2, y a sufrir hasta el ansiado pitido final.
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