lunes, 28 de abril de 2014

LA VICTORIA DE LA AMBICIÓN

El Athletic no solo ganó al Sevilla un partido, le dio un sopapo en todo el morro a Unai Emery. Es cierto que la segunda vuelta que está llevando a cabo el equipo hispalense es escandalosa, pero cuando tuvo que jugarse a una carta rematar la faena para depender de sí mismo para tener derecho a disputar la previa de la Champions se acojonó, esperó el error del rival y el rival le pasó por encima, el rival no es un equipo de medio pelo, es el Athletic, dale el balón y él te dará un repaso, como así fue.

Los de Valverde, agarrados a la cuarta plaza desde la jornada 15, que se dice pronto, son uno de los equipos más fiables de la competición. Un conjunto que domina y que no especula, y gracias a ambas está donde está. No es menos cierto que el Sevilla viene de jugar el jueves y el próximo jueves debe sentenciar el pase a la final de la Europa League, pero el premio de la Champions no puede ser tirado por la borda especulando ante un equipo que te hace un roto como le dejes pensar y maniobrar.

El Athletic, como nos tiene acostumbrados desde hace 3 temporadas va con todo contra todos, casi a pecho descubierto, noble en sus recursos y en sus intenciones, sale a ganar queriendo el protagonismo, sin ceder terreno ni balón. La cabalgada de Iturraspe en el minuto 80 desdoblando por banda a Muniain (¡¡¡el mediocentro más defensivo adelantando al extremo!!!) transmite fielmente lo que es este equipo: pundonor, esfuerzo, sacrificio, alma, corazón y ambición.

Mirar de frente a cualquier rival, sea quien sea, saldrá bien o mal, pero que dependa de mí si pierdo y si gano, el azar es muy caprichoso como para dejar en sus manos mi destino. Esto es el Athletic. Y ahí tiene su premio, tres jornadas para materializar todo por lo que han trabajado y luchado desde agosto. Es para estar orgulloso, tanto ellos por su premio como los aficionados por verlo y por sentirnos partícipes de este éxito, que no es la meta, no se confundan. El éxito ha sido el camino, el esfuerzo y la entrega, la fe y la confianza, la ambición y el protagonismo. Soberbio.

Sí, podéis soñar, cerrad los ojos y dejaros llevar...


martes, 8 de abril de 2014

EL ATHLETIC, COMO UN TIRO A EUROPA

No se amedrentó el Athletic ayer en el Ciutat de València, al menos en la primera parte, donde llegó a abusar de un Levante quizás relajado, timorato o simplemente no sabía si hacía poniente o levante porque los jugadores de Valverde dieron una lección de fútbol completo, hasta psicológico, pues tras fallar un penalti (sí, otro más) el equipo siguió presa de la fe, la confianza y la ambición que caracteriza a este equipo desde hace dos temporadas y dominó sin descanso todas las facetas del juego habidas y por haber.

Afrontar el envite en una plaza en la que Madrid, Barcelona y Atlético han sufrido, con el Sevilla pisándote los talones y salir en la manera en la que se saltó al campo, tiene mucho mérito y habla muy bien de lo que es este equipo. Atrás quedó pensar que la Champions es para otros, que mantenerse en primera año tras año con nuestra filosofía limitante es un éxito y otras bobadas que se oían años atrás. Esta vez se puede pelear por ganar títulos, la plaza Champions es para nosotros porque somos mejores y la filosofía es una fortaleza porque nos une y nos hace únicos en el mundo, por el cómo y no por el qué o el cuánto, eso ya es éxito.


Los goles de Aduriz, que se merendó a los centrales granotas, pareció dejar el partido visto para sentencia si la segunda parte hubiera llevado los mismos derroteros que los primeros 45 minutos. Sin embargo, la ausencia de Mikel Rico (quién me lo iba a decir a mi...) se notó en ese otro fútbol que suele plantear Caparrós, y aunque Morán rindió a un alto nivel, no tiene esa experiencia del de Arrigorriaga ni su ritmo de partidos. Puede sorprender que la alternativa a Rico fuera Morán y no Beñat, y es que en los minutos que estuvo en el campo Beñat demostró de sobra por qué Valverde no le ve como una alternativa clara a estar en esa terna de 14-15 jugadores útiles.

El de Igorre protagonizó 4 acciones muy esclarecedoras. Ante un despeje de un contrario que te está metiendo en tu campo no puedes hacerte más pequeño y encogerte, gírate para protegerte pero no te amilanes; en un balón dividido en el que tiene ventaja espacial, es incapaz de meter el pie para llevarse el balón que se acaba llevando un rival; en un balón aéreo es capaz de encoger el cuello y regalar el balón que podía poner a disposición de un compañero cercano ante la presencia de un contrario; y el colmo es sacar una falta, que es su especialidad, de una forma horrible cruzando el área rival de lado a lado y bajando el balón con nieve.

Dicho esto, el equipo en la segunda parte renunció al balón porque se dedicó durante los primeros 20 minutos a quitárselo de encima muchas veces sin motivo y sin presión levantinista. ¿La consecuencia? El peligro que generaba el Levante y por consiguiente el gol en propia de San José. Aun así hay que admirar la capacidad de sufrimiento de un equipo que tenía una salida complicada y de la que se fue con 3 puntos en el bolsillo. La Champions está más cerca.