martes, 11 de octubre de 2011

Que la pelota entre

Lo que parecía una guerra sin cuartel en la asamblea general se quedó en un paseo militar de la nueva junta, pues se aprobaron las cuentas del pasado curso futbolístico (con un déficit de cerca de 10 millones de euros) así como el presupuesto de la ya comenzada temporada (61 millones de uros). Y es que ambas juntas, tanto la saliente como la actual, a pesar de no haber llegado a un acuerdo en más de veinte horas de reuniones, ayer dieron una lección de amor a unos colores y respeto a una institución tan grande y sagrada como la del Athletic Club.



Había tres focos de discordia: el dinero generado por la Fundación Athletic, la prima cobrada por el club al firmar el nuevo contrato de televisión con PRISA (que ya nos está costando caro con los horarios impuestos por Roures y Astiazarán – pero si alguien puede jugar sin descanso es el Athletic, que por algo somos de Bilbao-) y que es normal cuando se realiza y, sobre todo, el ingreso de los nuevos integrantes de la familia rojiblanca, los socios barria, que con su pago se han asegurado un asiento en el nuevo estadio (se empezará a jugar en él según las previsiones en la temporada 2013-14 y se terminará de construir para el 2015) pero que si algo sale mal y por lo que sea no puede realizarse dicha obra el club debería devolverles el dinero con sus respetivos intereses.


Por partes. En cuanto a la prima por el nuevo contrato de televisión que entraría en vigor en la temporada siguiente, si bien el dinero ya se encuentra en la caja de Ibaigane podría ser que se tuviera que devolver si el equipo no cumple con determinados resultados deportivos (clasificaciones para competición europea, títulos de copa o Europa League…), por tanto, la nueva junta interpreta que este dinero no puede ser usado porque aun no se han cosechado éxitos ene l terreno de juego. Y por otro lado, según los estatutos que ambas juntas defendían, unos , los salientes, creen tener la potestad de admitir nuevos socios si éstos cumplen con su parte del contrato al abonar el dinero pertinente (1.300-1.400 euros), por el contrario, la nueva junta apoyándose en los estatutos cree que una directiva no puede crear una nueva categoría de socios (hay tres: la de menor de edad, la de número y la de honor, las dos últimas con derecho a voto)y menos si esos nuevos socios no tienen derecho a votar, ni a sentarse en San Mamés, ni acudir a las asambleas, etc. Es por esto que si la anterior junta había cuadrado las cuentas con un pequeño superávit, los nuevos inquilinos reflejan un déficit.
A pesar de estas disputas numerológicas (son más un estudio de números que otra cosa) la asamblea fue de lo más cordial dando cada uno su punto de vista para que después fueran los socios compromisarios los que decidieran con una amplia mayoría (65% para el estado de las cuentas y 73% para el presupuesto) dar el visto bueno.

Pero yo me pregunto, ¿hubiera existido semejante paz sin las victorias en Europa League y Anoeta? Yo creo que sí, pues ambas juntas dieron una lección de señorío escuchando a la otra y dando su opinión con respeto, sin malas artes. Y es que aquí lo más importante es que la pelota entre para que todos rememos en el mismo sentido, aquel que a través de la ambición deportiva nos dé los réditos más exitosos, y si puede ser en forma de títulos, mejor.

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